LOS SINDICATOS, “GUARDIANES” DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
(TAMBIÉN LA JUNTA)

LOS SINDICATOS, “GUARDIANES” DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA (TAMBIÉN LA JUNTA)
Para conseguir la estabilización laboral de muchos profesionales docentes se ha anunciado por la Junta de Extremadura la convocatoria extraordinaria de concurso oposición. En la fase de pruebas de aptitud los aspirantes se someterán a un examen de un temario teórico y a la defensa de una unidad didáctica. Se ha eliminado la prueba práctica de anteriores convocatorias, prueba que pone en evidencia la aptitud del opositor para desarrollar los contenidos de las distintas áreas y también la presentación de una programación didáctica. Yo he conocido titulados de Magisterio especialistas en lengua extranjera que no sabían mantener una conversación en el idioma de su especialidad. Conozco especialistas en música que no saben interpretar una partitura ni tocar un instrumento. Esto es producto del ínfimo nivel que desarrollan las escuelas de formación del profesorado. ¿Cómo puede estar capacitada una persona para desempeñar la función docente si no demuestra saber hablar inglés o interpretar una partitura con algún instrumento?
Se sabe que esta degradación de la calidad de la enseñanza pública está auspiciada por la exigencia de los sindicatos de eliminar el examen práctico y la Junta ha debido de tragar con ello. Es vergonzoso que se nos llene la boca de la necesidad de una educación de calidad cuando nosotros mismos rebajamos las pretensiones.
Los sindicatos deberían explicar que probablemente el poco interés que demuestran en mejorar la educación pública con su propuesta, es que el “filtro” de la prueba práctica es demasiado para muchos de sus afiliados. ¿sacrifican la calidad docente a la afiliación y por ende a las subvenciones del Estado?. Es demoledor y deprimente.
La solución podría venir en eximir de la prueba práctica a quienes la hayan superado en anteriores oposiciones y exigirla a los demás. Si un docente no vale, no vale, y rebajar el nivel de exigencia es devaluar la calidad de enseñanza. No se puede primar la estabilización laboral en detrimento de la calidad de la educación. Hay que buscar otras soluciones. Y si se quedan plazas vacantes, que aprieten en las escuelas de formación del profesorado o en las facultades correspondientes. Esto es consecuencia de considerar la carrera docente como una carrera refugio para quienes no tienen la calificación necesaria para acceder a otras carreras. Y es que deberíamos instaurar el máximo nivel de exigencia para optar a ser los profesionales que van a tener en sus manos la educación de los ciudadanos.
Con razón “destacamos” negativamente en los parámetros que miden la educación en nuestro país. Así nos luce el pelo.
José María Barbado. Docente jubilado y ex afiliado sindical.
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